El piso, situado en la planta ático de un edificio de cuatro plantas de los años 30, está ubicado en el barrio de Parioli de Roma, un laberinto de calles y avenidas arboladas, elegantes palacios y parques con exuberantes jardines que se cuelan por las ventanas de las viviendas.

«Lo primero que me impresionó del piso la primera vez que entré fue la luz natural que se filtraba por todos los rincones», recuerda Celestino. “También, el increíble paisaje circundante y la idea, potencialmente factible, de poder conectar todas las estancias con el exterior, a través de vistas enmarcadas”, revela la diseñadora, añadiendo que el piso llevaba años en estado de semiabandono.

El color, elemento para diferenciar zonas y usos

“Cada zona se diseñó en torno a una paleta específica: un tono verde da la bienvenida a los invitados en el vestíbulo y el salón, mientras que el amarillo mostaza marca los umbrales, como el mirador que da a la terraza y los portales que separan el salón del pasillo, la cocina y la sala de exposiciones”, explica Celestino.

En la zona noche, Celestino se inspiró en el concepto escandinavo de hygge, impregnando los dormitorios de un ambiente acogedor. “La paleta está dominada por tonos cálidos, con alfombras de felpa que complementan la madera exótica y los acabados de yeso texturizado”, explica la diseñadora.